La argelina Imane Khelif se presentó en los Juegos Olímpicos París 2024 con una victoria, precipitada cuando la italiana Angela Carini se retiró luego de 46 segundos.

Carini y Khelif apenas intercambiaron algunos golpes antes de que la italiana abandonara el combate, un hecho sumamente inusual en el boxeo olímpico.

Al parecer, la careta de Carini se desajustó en dos ocasiones antes de que decidiera ponerle fin a la pelea. Sobrecogida por las emociones, Carini se negó a estrechar la mano de Khelif tras darse a conocer la decisión, y rompió en llanto en el cuadrilátero antes de bajar.

🚨 | ÚLTIMA HORA: Angela Carini (azul) abandona su lucha contra Imane Khelif, que no pasó una prueba de género, y aún así lo dejaron participar en los Juegos Olímpicos.

La "pelea" duró menos de un minuto. pic.twitter.com/Jvbm1KdZvQ

— Alerta Mundial (@AlertaMundoNews) August 1, 2024

La italiana, quien tenía una mancha de sangre en el pantaloncillo, dijo que no estrechar la mano de Khelif no se trató de un acto deliberado ni un mensaje político.

“Sentí mucho dolor en la nariz, y con la madurez de una boxeadora, dije ‘hasta aquí’”, porque no quería, no quería, no podía terminar la pelea”, señaló la italiana.

Carini señaló que no está calificada para juzgar si a Khelif se le debe permitir competir, pero no tenía problemas en enfrentarse a ella.

Discriminada por tener “altos niveles de testosterona”

En Italia, la polémica creció, sobre todo, por el vicepresidente del gobierno y líder de la Liga, Matteo Salvini, quien dijo que el combate de boxeo “entre una chica italiana y un boxeador trans es una locura inaceptable, fruto de la hipocresía de lo políticamente correcto”.

Insulti e minacce per aver espresso un’opinione che credo sia largamente diffusa tra gli italiani: far competere ai Giochi Olimpici una donna con un pugile trans è una FOLLIA inaccettabile figlia dell’ipocrisia del politicamente corretto.
Lo ribadisco, senza se e senza ma. pic.twitter.com/saOLFvAjVR

— Matteo Salvini (@matteosalvinimi) July 31, 2024

Sin embargo, no hay boxeadoras transexuales compitiendo por medallas en París 2024, como afirma Salvini y algunas cuentas en redes sociodigitales.

Imane Khelif ya participó en Tokyo 2020 sin el escrutinio que hoy vive. Ella no se asume como mujer transexual ni como hombre. Es una mujer cisgénero. Es decir, una persona que al nacer se le asignó el género mujer, y se identifica y expresa como tal.

A pesar de ello, desde hace dos años se ha cuestionado —en redes sociodigitales y medios de comunicación— su participación en contiendas deportivas con otras mujeres cisgénero, con argumentos falsos como que Khelif “biológicamente es un hombre”.

En la final del Torneo Golden Belt en diciembre del 2022 en Guadalajara, Jalisco, la argelina enfrentó a la mexicana Brianda Cruz. La victoria la obtuvo Khelif y el video de su encuentro se viralizó en redes sociales, con ello comenzaron los rumores de la supuesta “ventaja biológica” de la argelina sobre la mexicana. 

Los presuntos cromosomas XY

Imane Khelif y la taiwanesa Lin Yu-Ting Lin fueron descalificadas del campeonato mundial de 2023 en Nueva Delhi, organizado por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA). A Lin le quitaron su medalla de bronce después de someterse a pruebas “bioquímicas” exigidas por la IBA, con sede en Rusia. 

La IBA argumentó que incumplieron con los criterios de elegibilidad para pelear contra mujeres, pero AFP reportó que medios argelinos aseguraron que la boxeadora se sometió a un test hormonal que reveló una tasa de testosterona elevada en su organismo, y que por eso se le descalificó.

Umar Kremlev, presidente de la IBA, detalló al medio ruso Tass que la decisión se basó en los resultados de pruebas de ADN que presuntamente demostraron “tenía cromosomas XY”, razón por la que se le excluyó del torneo en Nueva Delhi.

Sin embargo, los detalles del análisis “siguen siendo confidenciales” y ni el comunicado de la IBA ni en las actas de reunión se especifica qué pruebas se realizaron y con qué criterios no se aprobaron sus participaciones. Asimismo, el organismo aseguró que “no se sometió a ningún análisis de testosterona a las boxeadoras”.

Después, tras una serie de escándalos en la IBA, el Comité Olímpico Internacional (COI) le prohibió a esa asociación organizar el torneo de boxeo olímpico para las olimpiadas en París 2024.

No hay atletas transgénero en París 2024

El portavoz del COI, Mark Adams, declaró que “todos los que compiten en la categoría femenina cumplen con las reglas de elegibilidad de la competencia. En sus pasaportes aparecen como mujeres y allí se indica que son mujeres”, según reportó France 24.

Por otro lado, en Argelia la diversidad sexual está fuertemente reprimida y las relaciones homosexuales son ilegales y aunque el cambio de sexo no está explícitamente prohibido por la ley, tampoco está permitido de manera oficial. Asimismo, estas personas no tienen reconocimiento legal.

Here is the IOC’s spokesman Mark Adams ⁦@Marq⁩

Before this statement he says it would be ‘invidious’ and ‘unfair’ on the male boxers in the women’s category to comment on them individually.

Just that bit clipped off the top: this is the rest. pic.twitter.com/wQEu2dxuAm

— SEENinJournalism (@JournalismSEEN) July 30, 2024

Es decir, legalmente no hay posibilidad que las personas transgénero tengan documentos oficiales acordes a su expresión de género; por lo que Khelif o cualquier otra persona no pueden modificar sus papeles a un género diferente al que se les asigna al nacer.

Además, las personas transgénero tienen prohibido participar en peleas profesionales organizadas por el Consejo Mundial de Boxeo.

Al respecto, el COI mostró su respaldo mediante un comunicado donde menciona que “las atletas fueron víctimas de una decisión repentina y arbitraria de la IBA”, también se comprometieron a “proteger los derechos humanos de todos los atletas que participan en los Juegos Olímpicos”.

Comunicado oficial del Comité Olímpico Internacional sobre el caso Imane Khelif 🇩🇿. pic.twitter.com/P5mANqGKcU

— VarskySports (@VarskySports) August 1, 2024

Androgenismo: Niveles altos de testosterona

Imane Khelif ha sufrido bullying por a su apariencia “masculina”, debido a sus niveles altos de testosterona.

De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la testosterona es una hormona producida por los testículos, la parte del sistema reproductor masculino que produce esperma.

Pero también la producen los ovarios, la parte del sistema reproductor femenino que produce óvulos; y las glándulas suprarrenales, órganos encima de cada riñón que producen varias hormonas. Por lo que es falso que si una persona tiene testosterona en su cuerpo es un hombre. 

Se presume—sin tener un diagnóstico confirmado— que la púgil argelina tendría hiperandrogenismo o androgenismo, una condición endocrinológica que altera sus niveles de testosterona y presenta exceso de andrógenos u hormonas sexuales masculinas en la sangre de una mujer.

Intersexualidad y atletas transgénero

Las pruebas de verificación de sexo para las competidoras olímpicas comenzaron en 1968, y el COI acordó terminar con esta práctica en 1999.

Pero el debate sobre a quién se debe permitir participar en los deportes femeninos—a diferencia de los masculinos— se centra en dos cuestiones que siempre encienden el debate.

Por un lado, cuestiona a las deportistas transgénero, como la nadadora estadounidense Lia Thomas, quien libró una batalla legal en busca de una oportunidad para clasificarse para los Juegos de París. Algunos deportes, como la natación y el atletismo, excluyen de las pruebas femeninas a quienes experimentaron la pubertad como varones.

El otro extremo afecta a atletas como Caster Semenya, bicampeona olímpica de atletismo, que tienen un desarrollo sexual diferente conocido como DSD 46XY.

Estos atletas se consideran legalmente mujeres, o intersexuales, y tienen cromosomas X y Y, el patrón típico masculino; testículos o genitales ambiguos; niveles naturales de testosterona en el rango masculino; y responden a la testosterona de formas usuales de los hombres a pesar de tener órganos reproductivos femeninos.

El Tribunal de Arbitraje Deportivo, que dirime los litigios en el deporte internacional, ha dictaminado que las normas de algunas federaciones deportivas que imponen restricciones a las atletas con androgenismo o DSD 46XY son discriminatorias, pero “necesarias, razonables y proporcionadas” para preservar la deportividad en las pruebas de mujeres.

¿Otro caso Semenya?

Para competir en el Campeonato Mundial de Atletismo de 2009, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF por sus siglas en inglés) quiso obligar a Castor Senmaya a someterse a un ultrasonido transvaginal en una sala repleta de médicos alemanas sin que hubiera presente un traductor.

La sudafricana se negó, corrió y ganó la carrera. Un mes después, el diario británico The Daily Telegraph publicó los resultados hechos por la IAAF que demostraron su intersexualidad.

Senmaya nació con vagina pero sin útero, y en su lugar tiene testículos internos, lo que causa su alto nivel de testosterona. A pesar de reconocerse y criarse como mujer se le prohibió participar de competencias internacionales por un año. Luego, quisieron obligarla a remover quirúrgicamente aquellas gónadas no descendidas que no sabía que tenía.

Una vez más, se negó. Amenazó con denunciar a la Asociación y llegó a un acuerdo: empezar un tratamiento hormonal para “normalizar” y reducir la cantidad de testosterona. Pero el tratamiento con estrógeno, le provocó ataques de pánico, nausea y sudores nocturnos.

En 2019, nuevas normas de la IAAF entraron en efecto, lo que impide a mujeres como Semenya participar en eventos de 400, 800 y 1500 metros hasta que tomen medicación para bajar sus niveles de testosterona.

Un año después, Semenya anunció que llevaría su conflicto con la Federación Internacional de Atletismo al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que en julio de 2023 dictaminó que la IAAF había discriminado a la atleta al obligarla a someterse a un tratamiento hormonal para competir. Pero, desde entonces, los límites a los niveles de testosterona en sangre no fueron modificados.