Al encabezar la ceremonia por los 500 Años de Resistencia Indígena. 1521, México-Tenochtitlan, el presidente Andrés Manuel López Obrador, señaló que la llamada “Conquista” fue un rotundo fracaso y un signo de atraso, y que nada justifica el sometimiento de los pueblos.

“La Conquista y la colonización son signos de atraso, no de civilización, menos de justicia (…) La gran lección de la llamada Conquista es que nada justifica imponer por la fuerza a otras naciones o culturas, un modelo político, económico, social o religioso en aras del bien de los conquistados o con la excusa de la civilización”.

Dijo que las conquistas, las invasiones y las guerras, siempre serán un riesgo para la humanidad porque además del agravio principal, traen consigo afectaciones culturales, sociales y daños colaterales. 

“Suele pasar que la ambición y la tristeza viajan, viven y duermen juntas. Políticos, monarcas y hombres de Estado no deben omitir estas lecciones que surgen de amargas realidades y se convierten en enseñanzas mayores”.

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El mandatario mexicano llamó a la no repetición de los errores y horrores del pasado, ni de invasiones, así como frenar la opresión, el racismo, el clasismo y la discriminación. 

“Ojalá todos hagamos el compromiso de la no repetición, de no repetir los mismos errores y horrores; pongamos fin a esos anacronismos, a esas atrocidades; y digamos: nunca más una invasión, una ocupación o una conquista, aunque se emprenda en nombre de la fe, de la paz, de la civilización, de la democracia, de la libertad o más grotesco aún, en nombre de los derechos humanos. No debemos aceptar que el poder militar, la fuerza bruta, triunfe sobre la justicia; debemos en cambio procurar que desaparezca de la faz de la tierra la ambición, la esclavitud, la opresión, el racismo, el clasismo y la discriminación, y que solo reine e impere la justicia, la igualdad, la paz y la fraternidad universal”.

Acompañado por su esposa, Beatriz Gutierrez Müller, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; así como por Kahsennenhawe Sky-Deer, jefa del Consejo Mohawk en la comunidad Kahnawa:ke; Jamescita Mae Peshlakai, la senadora en el estado de Arizona, destacó que nada justifica la Conquista.

Nada justifica la Conquista

El presidente López Obrador afirmó que no hay justificación alguna de la “Conquista”, aún con los resultados culturales de la Colonia porque no había un beneficio para todo el pueblo.  

Señaló que durante los tres siglos de dominación colonial, los indígenas solo tuvieron dos opciones: sobrevivir en la pobreza en zonas de refugio, en la sierra, los pantanos o en la selva, porque fueron despojados de sus mejores tierras y enganchados para trabajar en las minas o en las haciendas como esclavos. 

En este sentido, dio a conocer que las toneladas de oro extraídas durante la ocupación española y conquista equivale a dos años de extracción de las empresas nacionales y extranjeras de la actualidad.

Recordó que la tragedia para pueblos originarios empezó desde hace 500 años, con el sometimiento, una era de violencia, sobreexplotación, esclavitud, desánimo y tristeza, y con la llegada de una crisis sanitaria a partir de la Conquista, aún peor que la invasión militar, afirmó.

“La población indígena fue reducida drásticamente por la llegada de enfermedades desconocidas que los curanderos aborígenes no sabían cómo enfrentar y se convertían en terribles epidemias y la gente contagiada no podía resistir por falta de fortaleza física, emocional y de anticuerpos, y morían miles sin remedio”.

AMLO ofrece perdón por las víctimas de la “Conquista” 

El presidente López Obrador agradeció la presencia de las y los representantes de distintos pueblos indígenas y originarios de México, Estados Unidos y Canadá, en esta “fecha funeral”, citando al escritor Carlos Pellicer.

Así mismo, hizo pública la petición de perdón a las víctimas de la catástrofe originada por la ocupación militar española mal llamada Conquista. 

“Hoy 13 de agosto, fecha funeral, como diría el maestro Carlos Pellicer, recordamos la caída de la Gran Tenochtitlan y ofrecemos perdón a las víctimas de la catástrofe originada por la ocupación militar española de Mesoamérica y del resto del territorio de la actual República mexicana”.

El jefe del Ejecutivo federal apuntó que es difícil hacer un análisis objetivo sobre el proceso de ocupación militar y colonización española, porque predominan las versiones que tienden a  justificar la invasión. 

“No es fácil el análisis objetivo sobre el proceso de ocupación militar y colonización española en nuestro país. Son pocas las fuentes primarias y aunque existen códices y relatos de los pueblos originarios, posteriores a los iniciales acontecimientos, predominan las crónicas y escritos de soldados, historiadores y evangelizadores que tienden a justificar la invasión en nombre de la libertad, la fe, la superioridad racial o de la civilización, como ha sucedido siempre en hechos históricos de ésta naturaleza en cualquier lugar del mundo”.

Reprobó la visión “ociosa” sobre el quehacer “bárbaro” de los mexicas, diciendo que además de errado genera la visión equivocada sobre México y sus pueblos originarios.

“Considero hasta ofensivo y ocioso, en estos tiempos, volver a la vieja polémica de que los originarios de Mesoamérica y, en particular, los mexicas eran bárbaros porque, entre otras cosas, comían carne humana; pensaban que el caballo era una bestia sobrenatural monstruosa, que los españoles fueron salvados en batallas por un hombre de a caballo que figuraba ser el Apóstol Santiago o que Cortés y sus soldados eran enviados de la divinidad, según la supuesta profecía indígena del regreso de Quetzalcóatl o que la adoración de ídolos era una práctica demoníaca”.

Así mismo, el presidente aseguró que al conquistador Hernán Cortés tampoco se le tiene que recordar como un demonio, expresó que sólo era “un militar desalmado que se impuso con discursos y argucias”, aseveró.

Citó el libro reciente del historiador Pedro Salmerón, La Batalla por Tenochtitlan, que “empieza con la atinada advertencia de que haciendo a un lado justificaciones de toda índole, el motivo primordial de dicha expedición fue el afán de riqueza”.

Necesario reivindicar la grandeza de México: Sheinbaum 

“¡Viva los 500 años de resistencia! ¡Viva la heroica Ciudad de México!”, destacó Claudia Sheinbaum al pronunciar su mensaje y recordar la importancia y magnificencia del centro ceremonial de Tenochtitlan, dominado por el Templo Mayor, una pirámide dedicada a los dioses Tlaloc y Huitzilopochtli, que para los mexicas representaba el Coatépetl o Montaña Sagrada donde se almacenaba la lluvia, los rayos y las semillas multiplicadoras de la vida.   

“El templo era considerado el centro del universo, la morada de los dioses, y el lugar por excelencia en que las personas podían descender a los niveles del inframundo o ascender a los niveles de los cielos”. 

Señaló que la caída de la Gran Tenochtitlan invita a reflexionar y debatir sobre lo que significó la invasión española y la ruptura que impuso una visión dominante desde occidente, que trajo una pandemia de viruela que acabó con miles de los pobladores originarios. Aclaró que no se trata de olvidar la historia tal como ocurrió. 

“La caída de México Tenochtitlan, la captura del último Tlatoani Cuauhtémoc y los 300 años de Colonia posterior, nos hace cuestionarnos al menos cuestionar de fondo la idea que durante mucho tiempo pretendió ser dominante de lo civilizatorio, de Occidente frente a la barbarie, de los pueblos originarios, del descubrimiento de una tierra que ya tenía grandes civilizaciones. La llegada, lo avanzado supuesto frente al retraso, la crueldad supuesta frente a la piedad”.   

Sheinbaum Pardo afirmó que la visión histórica que se tiene de la Conquista tiene que cambiar y dejar atrás la versión romancista para reivindicar la grandeza de México que proviene de la diversidad pluricultural de entonces y de ahora. 

Destacó la importancia de cuestionar la visión que se conoce de la Conquista, de no hacerlo “estamos condenados a seguir preservando una cultura de la dicriminación y la renuncia a nuestra historia como la riqueza milenaria de nuestros pueblos originarios”.  

La mandataria capitalina también recordó que hace siete siglos se levantó la legendaria Tenochtitlan, cuna de la cultura mexica, una historia que se plasma en la bandera nacional. Reiteró la importancia de rescatar y reivindicar el pasado, de respetar la diversidad porque es parte de la transformación de la vida pública de México.  

Es momento del resurgimiento indígena 

La jefa del Consejo Mohawk en la comunidad Kahnawa:ke de Canadá, Kahsennenhawe Sky-Deer, se refirió a la importancia de los pueblos originarios en la conformación de una visión contemporánea de las naciones a las que ahora pertenecen.

“Es momento del resurgimiento indígena, es momento de ser aliados una vez más, de trabajar en conjunto para fortalecer el futuro para nuestros pueblos”, señaló ante la necesidad de trabajar por un mejor futuro para las generaciones jóvenes.

De igual forma hizo reprobó el racismo que pesa sobre los pueblos indígenas en el mundo, y llamó a trabajar por un mejor porvenir. 

Así mismo, Jamescita Mae Peshlakai, la senadora en el estado de Arizona, Estados Unidos, integrante de las sociedades indígenas de las américas expresó la importancia de su pueblo Navajo en la construcción de su país y el aporte que pueden hacer al mundo entero.

“Nuestros lazos indígenas no están limitados por tiempo ni espejos, fuimos creados por entes sagrados y se nos ha puesto aquí en nuestras tierras sagradas”.

La misma representante agradeció la solidaridad del presidente López Obrador al hacer la petición ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) para una repartición de vacunas equitativa.

Dijo que se está proponiendo en el congreso estadounidense sustituir el día de Cristóbal Colón por el día de los pueblos indígenas.

A la ceremonia también asistieron Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación; María Magdalena Huerta Velzquez, presidenta del Comisariado de Zapotitlán; general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional; almirante José Rafel Ojeda Durán, secretario de Marina; Esteban Moctezuma Barragán, embajador de México en Estados Unidos; y  Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores.

Así como la familia Moctezuma, representantes de pueblos originarios de las alcaldías de Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco, y embajadores de Argelia, Australia, Canadá, Haití, Honduras, Japón, Palestina y Tailandia.